sábado, 3 de febrero de 2007

LA MARIPOSA

El color y la libertad que muestran las mariposas debería contagiar el espirítu de los seres humanos, para hacer más agradable su comportmiento y actitud ante la vida y los demás.
Los cambios sociales que experimentamos a través del tiempo moldean nuestra conducta, haciédola más o menos placentera dependiendo de la influencia que recibamos y cómo la recibamos. Lo que sugiero es que el espirítu, puro y diáfano, permanezca intacto cuando los nubarrones de preocupación, coflictos y desesperanza nos invadan.
La idea que propongo es dejar fluir el alma, al vuelo de la libertad y el color de una mariposa.

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